Un manifiesto de casa mediterránea en el corazón de Barcelona.
Localizado en el Barrio barcelonés del Eixample, el piso es la encarnación del paisaje y el ritmo de vida sereno, pero al mismo tiempo dinámico del Mediterráneo, reflejando la herencia cultural y la tradición local.
El diseño de GCA Architects para esta casa de 278 m² crea una serie de condiciones espaciales que reflejan la intricada naturaleza de la cultura local, la familia y la domesticidad. Un diseño a medida que responde a los requisitos contemporáneos, pero al mismo tiempo flexible para acoger las incógnitas del futuro.
Conscientes de que el diseño afecta profundamente al estado de ánimo y el comportamiento de los usuarios, el proyecto se ha concebido con un enfoque humanista. Luz, texturas y cromatismos generan las sensaciones que nutren la experiencia mediterránea, potenciando su esencia.
La luz natural penetra profundamente en el interior a través de grandes ventanales, mientras que la distribución permite la ventilación cruzada en cada espacio, reforzando la brisa natural. Los espacios más públicos de la casa, la cocina, el salón y el comedor, ocupan toda la longitud de la fachada principal, aprovechando al máximo la luz. Aquí, la ausencia de tabiques genera un espacio donde la familia y los invitados se pueden reunir de forma fluida y natural.
El baño de cortesía está concebido como una obra de arte secreta. Las paredes y el techo están revestidos de terciopelo rojo que se refleja en el espejo, creando un espacio íntimo que envuelve a 360º el usuario.
El estilo de vida mediterráneo se refleja en los detalles y materiales locales utilizados en la construcción. La paleta de materiales se basa en el estuco – la fachada mediterránea – y piedra natural, contrastado con suelos de madera de roble natural y detalles de hierro negro. Piezas de mobiliario de diseño y arte aportan la cultura y el gusto local a estos espacios artesanalmente naturales.
A través de una elegante escalera de hierro y madera, se accede a la segunda planta, rodeada de terrazas con vistas panorámicas. Esta zona, inundada de luz natural y alejada del bullicio de la ciudad, permite al usuario de percibir toda Barcelona como «casa».